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Mostrando entradas de diciembre, 2023

La Dama de Luna

 La Dama de Luna es aquella que sueña despierta  Que anhela los sueños, surca los mares y consigue los retos. Que conquista las noches y vive los días.  Que lucha constante, que fija objetivos, que persigue aviones de papel. Y también construye.  Que rompe barreras, que demole los muros y empieza otra vez. Sin que le importe. Que cambia, que crece, que empieza de nuevo. La Dama de Luna conquista y grita. Grita tan fuerte que se le escucha. Y canta y baila y ríe. Ríe muy fuerte.  Y también llora, y se seca las lágrimas y no pasa nada. Aunque sí pase.  La Dama de Luna es grande y pequeña, cobarde y valiente a la vez. Pero tampoco importa, porque nunca somos todo al mismo tiempo.  Tiene luces y sombras y tantas mujeres como viven en ella. Como esa oruga que cambia de piel y al final deja de serlo.  Esa mariposa que abre las alas, y vuela. Sin que tenga miedo.  Porque nunca dudó de que sus alas la llevarían lejos. 

Decepción

 Aquello que mata y no hace más fuerte.  Aquello que aleja. Que rompe. Que duele. La locura que desata el recuerdo.  La pena, la voz que grita, que chilla, que ahoga en silencio. ¿Qué has hecho?  La decepción que llega e invade lo incierto.  Las llamas que queman. El fuego que anhela.  El aire que al respirar se agota. Sentimientos que rompen cautivos adentro.  De nada sirve el consuelo.  Nunca más, lo prometo.

Mi lugar

 Dónde se arrugan los ojos.  Dónde las naturaleza despierta. Dónde brilla la sonrisa.  Dónde el baile despeina. Ahí es.  El lugar que busco está ahí.  Delante de mí.  En mi mirada, en mi estómago, en mi boca.  En mi cuerpo.  En mi mente. Me busco y esta vez... Me encuentro.

Eco

 Con todo y con nada.  Rompiendo el molde, los cimientos,  Destrucción. Volver a empezar.  El eco en mi cabeza. Que suena, que tiembla.  Que arroya. ¿Dónde estoy? Un corazón que late deprisa. Perdida, encontrada y vuelta a perder.  La sentencia de un juicio.  Víctima y verdugo a la par.  Volver a reír. Volver a llorar.  Volver a soñar. Renunciando.  Renaciendo. ¿Quién soy?

Tic Tac

 Aprender. Jugar, a veces ganar. Otras perder. Escaleras llenas de saltos de fé. Escalones tan altos, tan fríos, tan raros. El punto de partida que vuelve a empezar.  El reloj que vuelve a girar. Tic tac. 

Plumas

 Temblor.  El crujido de la erupcion de un volcán.  La frivolidad amainada con el recuerdo. La eterna noche. Lluvia de estrellas. Una fugaz. Un deseo.  Juegos de palabras. Mirada furtiva. Las plumas que caen al suelo y alzan el vuelo.  Volemos.

El ruido del silencio

La noche oscura y su reflejo en el agua.  El aullido del viento.  El olor de la madera quemada. Que se consume. La calma.   Cierras los ojos. Ahí estas tu. Camuflada en el pensamiento. Oyendo por dentro tu voz que te habla, susurra y te grita, que reza y maldice. Aquella que pone el sonido al alma.  Voz que amansa a las fieras y aúpa las fuerzas. Que busca, acoge y protege. Que defiende, que cuida y que calma la sed.  De dentro hacia fuera te miras, te sientes y piensas.  Que sano es volver. Volver a escucharte a mirarte y sentirte. Volver a pensarte otra vez.  Y ahí estas tú. En el ruido del silencio. 

Libertad

 El silencio del mar en una tarde de invierno. Y la arena que mancha tus dedos.  La brisa que acaricia tu cuerpo, que vuelve en tus ojos a la vida en verso. Un amanecer de nuevo que brinda la oportunidad de empezar de cero.  Abrir los ojos e inundar el cielo. Mirar las nubes y volar.  Volar tan alto que desaparezca el miedo. Y sin él, la libertad.

Las horas que pasan

Piel con piel. Un roce del viento.  La pluma que besa.  La voz en susurros, miradas furtivas que cazan. Que atrapan.  Piel con piel.  Una manzana encantada.  El río que abrasa.  La mueca torcida de una sonrisa embrujada.  Que cuenta los días.  Las horas. Que pasan.