Aullando a las Estrellas

 Brindemos por esa risa absurda en un bar.  Por el recuerdo que, en silencio, te hace sonreír. Por tener el valor de volver a empezar. Brindemos por lo que pudo ser y por lo que fue. Por lo que nunca será. Por la música que te hace pensar. Y por la que te hace reír. Y bailar.  Por los amigos que siempre están. Brindemos por sentarnos en la orilla del mar. Por poder oír el rugido del viento.  Por las miradas sinceras. Brindemos por todo lo que somos.  Por todo lo que fuimos. Y por todo lo que seremos.  Brindemos por las sábanas revueltas. Por el olor a café.  Y por un nuevo amanecer.

 Un tatuaje sin tinta.  Con zumo de limón.  Que recorre del cuello a mi espalda.  Agujas que atraviesan la piel, pero no dejan marca. Piel de erizo.  Vuelo de mariposas que emprenden la partida.  Y que se marchan.  Senderos que atraviesan mi camino.  Cambiando el rumbo. 

Hoy me pongo zapatos de tacón.  Y una sonrisa de medio lado que me saluda desde el espejo.  Hoy los rizos caen en las mejillas y los ojos negros brillan un poco más fuerte. Llena de secretos, llena de dudas y llena de mi, empiezo de cero. A conocerme, conocerme una vez más.  A reconciliarme conmigo misma, una vez más.  A darme la oportunidad de equivocarme. Sí, una vez más.  Hoy sacudo el pelo de perro de las medias, doy una vuelta, dejo huella en el suelo y salgo por la puerta de atrás. Oliendo el cielo y saboreando el rastro que deja levantar la cabeza. Hoy cierro puertas, cierro ventanas y me monto en el barco a la deriva sabiendo que ahora soy yo la que maneja el timón.  Y esta vez, no voy a naufragar.

¿Cómo se huye de una caída al vacío?  ¿Cómo se respira cuando te quedas sin aliento? ¿Cómo se abren las ventanas?  ¿Cómo sonrío si dentro las lágrimas no tienen la suficiente fuerza para salir de esta vorágine? Déjame espantar las nubes.

 Un ovillo de lana que rueda, que a su paso se enreda. Agujas que tejen o intentan pero no pueden. Nudos que atrapan la garganta. Un grito en silencio.  No puedes.  Soltar significa liberar. Liberar significa libertad.  Llenas los pulmones de aire y levantas la vista.  Toca seguir. 

 Una vez leí a una buena amiga que creer crea.  Cuando crees en algo, cuando crees en alguien, lo construyes.  Cada uno de equellos ladrillos en los que crees forma de una forma casi perfecta aquello que imaginas.  Cuando se apaga la luz, todo en lo que crees se convierte en sueños.  No creas en los momentos, crea los momentos.  Aprovechemos cada uno de esos instantes de felicidad antes de que de esconda el sol. Porque la vida son aquellos momentos en los que sonreímos.  Y a veces se nos olvida.