A la hoguera, quizá

 A dónde van las mujeres, que además de cuidar, también se cuidan. 

A dónde van las madres que huyen a la cocina para esconderse, un ratito, de la maternidad. Olvidando, por un instante, que no sólo es mamá. 

Aquellas que aunque quieren a sus hijos, un día deciden que también se quieren a sí mismas y que no siempre están dispuestas a sacrificar. Que rompen lo establecido por la sociedad.

A dónde vamos las luchadoras, las guerreras, las que levantan cada día el mundo, con un pequeño detrás. ¡Mamá mamá! ¿Dónde vas? 

A donde vamos las madres, que decidimos disfrutar nuestro tiempo, que nos cuesta horrores leer un libro o colmar de un instante de silencio nuestros días. 

A donde va la paz mental de la tranquilidad, de respirar, de meditar. A donde van las mujeres, que no sólo madres, quieren seguir siendo mujeres.

A donde vamos las que ponemos paso firme en el camino, que nos pintamos los labios, que decimos: Ya nunca más. 

¿Al infierno tal vez, aquellas que disfrutan del sexo, de una copa de vino o un simple café? 

A donde van las mujeres que pelean por la equidad. Que quieren vivir, un poquito, sin decir nunca jamás. 

Ellas, que forman las tribus, que se unen a un aquelarre, que gritan bien fuerte: ¡Ya no puedo más! Que sepan, que cuando no haya lugar, que cuando no se escuchen las voces de los gritos que das, amiga, hermana, somos muchas, muchas más. 

¿A donde van las madres? 

¿A la hoguera, quizá?

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