Senderos
Y un día los senderos se cruzaron.
En un punto, álgido en el camino.
Tú mar.
Yo la tierra.
Y como una tormenta de la que nace un tornado, que puede con todo y arrasa donde va, así resurgimos juntos.
Cuerpo a cuerpo, piel con piel.
Dos almas que se funden sin perder la identidad.
El ave fénix.
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